Un gran compromiso con el gran mandamiento y la gran comisión hacen una gran iglesia.
Únicamente el método de Cristo dará verdadero éxito para alcanzar a la gente. El Salvador se mezclaba con los hombres como alguien que deseaba su bien. Les manifestaba simpatía, atendía a sus necesidades, y ganaba su confianza. Luego los invitaba así: “Sígueme.”